EL ESTRÉS VACACIONAL O LA ENFERMEDAD DEL OCIO.

¿Es posible que el periodo vacacional genere ansiedad en determinados trabajadores?  Aunque parezca extraño, la respuesta es sí. Lo habitual, después de un año de trabajo sometidos al estrés derivado de las exigencias laborales, de los horarios y de la dificultad para conciliar la vida familiar y laboral, es que esperemos ansiosos la llegada de las vacaciones para poder descansar y dedicar nuestro tiempo libre a disfrutar con la familia, los amigos y con nuestros hobbies, marcando nuestros ritmos y horarios y aparcando las preocupaciones laborales.

Sin embargo, algunas personas experimentan verdaderos cuadros de ansiedad ante la idea de tener que enfrentarse a un cambio de hábitos de vida, a socializar más, a viajar a lugares desconocidos o a tener que soportar tiempo en las carreteras y, sobre todo, a la desconexión digital de los asuntos laborales. A esto se suma muchas veces la imposibilidad de dejar de pensar en los temas pendientes que hemos dejado y a la preocupación que nos causa que los compañeros no puedan resolverlos correctamente. Así, muchas personas pasan sus días de descanso continuamente pendientes de las notificaciones de correo y generalmente terminan consultando y respondiendo los mails, lo que impide la desconexión tan necesaria para la salud mental.

El estrés vacacional, también denominado estrés de ocio, se presenta con un cuadro de síntomas de ansiedad que puede ir acompañado de determinados síntomas físicos como alteraciones gastrointestinales o una mayor predisposición a resfriados.

Pero ¿a qué se debe la aparición del estrés vacacional?

En primer lugar, debe tenerse en cuenta el tipo de sociedad en la que vivimos. Una sociedad marcada por el estrés, la sobreestimulación, las prisas y el estar todo el día ocupado con asuntos laborales y familiares, muchas veces de difícil conciliación por las exigencias de los horarios. La llamada “cultura de la productividad” hace que muchas personas desarrollen sentimientos de culpa cuando tienen tiempo libre, por el hecho de no sentirse productivos y de estar perdiendo el tiempo.

Por otro lado, podemos afirmar que algunas personalidades son más vulnerables a la aparición del estrés vacacional:  personas altamente exigentes consigo mismas, que buscan siempre la excelencia en todo lo que hacen y que les cuesta delegar porque creen que no se hará bien el trabajo o porque necesitan tener todo bajo su control.

Pero no solo la personalidad es un factor a tener en cuenta. Determinados factores psicosociales presentes en el entorno laboral pueden favorecer la aparición de estrés vacacional, tales como las elevadas cargas de trabajo, los puestos con excesivas responsabilidades, la inseguridad laboral o las largas jornadas de trabajo. Todos estos factores relativos a la organización de las empresas y a la cultura empresarial, inciden de manera negativa en la salud física y mental de los trabajadores; es responsabilidad de la Dirección de la empresa detectar y cuantificar estos factores psicosociales para implantar estrategias de intervención y mejorar así no solo la seguridad y salud de los trabajadores, sino también el ambiente laboral y la productividad.

A nivel personal, es importante que el trabajador que presente estrés vacacional reconozca la dificultad de gestionar esta situación y que comience por desactivar las notificaciones de correo. Además, se recomienda planificar las vacaciones para no dejar nada al azar que pueda incrementar los niveles de ansiedad. La meditación y el mindfulness en particular son prácticas recomendadas para lograr esta desconexión de las obligaciones del día a día.

Es necesario tomar conciencia de que las vacaciones no son una pérdida de tiempo, sino que son un tiempo necesario para conectar con nosotros mismos y ser capaces de disfrutar del tiempo sin obligaciones para dedicarlo a las personas que queremos, manteniendo una vida social activa, pero también a nosotros mismos, cultivando nuestras aficiones o haciendo cosas que nos proporcionan felicidad.

En EMESA PREVENCIÓN estamos comprometidos con la seguridad y salud de las personas trabajadoras, por lo que una de nuestras misiones es concienciar a empresarios y trabajadores de la importancia de la desconexión digital.

 

La realización de evaluaciones específicas de riesgos psicosociales y disponer de protocolos de desconexión digital bien implantados, favorecerá que los trabajadores puedan disfrutar más de sus periodos de descanso para retomar la actividad laboral con mejor salud física y mental.

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