Los factores de riesgo psicosociales están presentes en todas las empresas, ya que son condiciones del trabajo relacionadas con la organización, el contenido y la realización de las tareas, que tienen la capacidad de afectar tanto al bienestar o a la salud (física, psíquica o social) del trabajador como al desarrollo del trabajo, llegando incluso a interferir con la vida personal de las personas trabajadoras, ya que pueden generar niveles importantes de estrés que pueden desembocar en patologías psicológicas como la ansiedad o incluso la depresión. Según la Ley 31/95 de Prevención de Riesgos Laborales, es obligación del empresario detectar y evaluar los riesgos laborales para adoptar las medidas preventivas conducentes a eliminarlos o reducirlos. Esta obligación es extensible a los riesgos de naturaleza psicosocial, de manera que la actuación sobre estos debe estar también integrada en el proceso global de la prevención de riesgos de la empresa. Sin embargo, los riesgos psicosociales son difícilmente objetivables, a diferencia de otro tipo de riesgos en los que el técnico de prevención, mediante la visita al centro de trabajo y la observación de los procesos, es capaz de detectar los riesgos de seguridad para los trabajadores y proponer las acciones correctoras necesarias. Por ejemplo, máquinas que no disponen de resguardos de seguridad, escaleras sin barandillas, huecos sin proteger, niveles elevados de ruido, utilización de productos químicos peligrosos, escasa iluminación, temperaturas excesivamente altas…etc. Además, el daño relacionado con los factores y riesgos psicosociales puede no ser tan evidente como los daños relacionados con los accidentes de trabajo traumáticos o las enfermedades profesionales, pero no por ello debemos pensar que no existe. La evaluación de los riesgos psicosociales es un proceso mucho más complejo que requiere de la utilización de metodología específica y de profesionales especializados. Generalmente el técnico recurrirá a herramientas validadas de análisis cuantitativo (método FPsico desarrollado por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el trabajo, Método ISTAS…) y a técnicas cualitativas (entrevistas personales, grupos de discusión, etc) para la recogida de información. La información recogida debe ser analizada minuciosamente para determinar qué factores de la organización del trabajo están afectando de manera negativa al bienestar de las personas trabajadoras y, por ende, al ambiente laboral y a la productividad de la empresa. Factores de riesgo que pueden ser detectados mediante la realización de una evaluación específica de riesgos psicosociales. La metodología existente en la actualidad nos permite detectar y cuantificar riesgos psicosociales relacionados con los siguientes factores organizacionales:
- Carga y ritmo de trabajo: demasiado trabajo o insuficientes tareas a desarrollar. Presión de tiempos, plazos demasiado estrictos…
- Nivel de autonomía: poder de decisión sobre los métodos de trabajo
- Contenido del trabajo: monotonía, tareas sin sentido, falta de variedad.
- Tiempo de trabajo: horarios demasiado largos o impredecibles, trabajo a turno y trabajo nocturno.
- Participación y control: falta de participación en la toma de decisiones, falta de control sobre los métodos de trabajo.
- Cultura de la organización: falta de comunicación, estilos de mando, falta de objetivos…
- Relaciones personales: malas relaciones, aislamiento, conflictos, acoso
- Desempeño del rol: ambigüedad en las tareas a desarrollar, desconocimiento de las responsabilidades, conflictos de rol.
- Desarrollo personal: escasa valoración por el trabajo realizado, falta de motivación, inexistencia de planes de carrera o promoción interna…
- Interacción vida personal-laboral: problemas derivados de la doble presencia.
Una de las características más importantes a tener en cuenta en relación a los riesgos psicosociales es su multicausalidad lo que, junto con las características personales de cada trabajador/a (no todos los factores de riesgo afectan a todas las personas de la misma manera) hace especialmente complicado determinar el origen de los riesgos y la intervención psicosocial a llevar a cabo. De todo lo anterior se desprende la importancia de contar con personal especializado y entrenado para, en primer lugar, determinar el mejor método de evaluación en cada organización y después saber interpretar los resultados obtenidos, a fin de determinar sobre qué factores se debe intervenir, diseñando el plan de intervención psicosocial más adecuada para cada empresa. En Emesa Prevención contamos con un grupo multidisciplinar de profesionales integrado por Técnicos Superiores en Prevención de Riesgos Laborales especializados en Psicosociología aplicada, Psicólogos y personal sanitario para ofrecer a las empresas soluciones integrales en el tratamiento de los riesgos psicosociales que cada vez están más presentes en nuestra sociedad y, por tanto, en las empresas. El correcto abordaje de estos riesgos contribuirá al bienestar emocional de los trabajadores y, por tanto, a la creación de empresas saludables.